Plantear una investigación a partir de la realización de un taller de formación que acerque a la imagen fotográfica y literaria a un grupo de jóvenes en situación de exclusión social, del interior del interior del país, implicará descubrir nuevas formas de ver lo cotidiano, de recrear la memoria de la vida y el entorno familiar y de la comunidad.
La memoria de los individuos está cubierta por capas de imágenes, de donde la experiencia directa de los medios de comunicación ha creado un capital visual cada vez más inmediato y banal que dificulta la posibilidad de dar relieve a ciertas imágenes, a ciertas sensaciones. Esta investigación pretende brindar una oportunidad para detenerse, apreciar.
Se trata de dejar en los jóvenes inquietudes sobre la relación de las palabras con las imágenes. Ellos miran permanentemente; esas cosas que miran van a formar parte de sus paisajes visuales interiores, a los cuales son fieles toda la vida, algunos sin saberlo; siempre estamos guardando imágenes en nuestra memoria, pero por desgracia la mayor parte se olvida debido a motivos que pueden ser variados y complejos. Una cámara podría recuperar estas miradas, podría reconstruir sensaciones en sus pequeños detalles.
Esta idea de dar talleres de fotografía en el interior del interior del país surgió a partir de la inquietud de explorar las miradas simples de jóvenes y adultos de nuestro interior, tan cercano y muchas veces tan olvidado. Descubrir a través de ellos, como protagonistas que son, su comunidad, su entorno y su familia.
La modalidad pedagógica será un taller que tendrá una duración de seis meses (24 sesiones de dos horas cada una) en el que, previas indicaciones técnicas del manejo de una cámara instamatic, los jóvenes podrían hacer imágenes de lo que les atrae por impulso, sin mayores racionalizaciones, para luego indagar pidiendo a cada uno de ellos que busquen un tema y un retrato.
Terminada la fotografía, se generaría un espacio de indagación sobre la imagen tomada por cada uno de ellos; es decir: cada joven la comentará, la verbalizará. Después de este primer acercamiento, nos dirán en sus palabras algo que les inquieta y atrae para que consecutivamente fotografíen ese momento. Son dos caminos inversos: de la imagen a la escritura, y de la escritura a la imagen.
Cerro de las Cuentas(
Cerro Largo).
Se trata de una localidad que está ubicada a 340 kilómetros de Montevideo (capital nacional), a 50 kilómetros de Melo (capital departamental) y a 80 kilómetros de la frontera con Brasil. La cercanía con respecto a la capital departamental le ha permitido acceder más fácilmente a servicios como luz eléctrica y agua corriente. En la región, Cerro de las Cuentas se ubica a 22 kilómetros de
Quebracho y a 18 de
Fraile Muerto. Sus habitantes, además de asalariados rurales y pequeños productores, son funcionarios de oficinas públicas o municipales que prestan servicios en el pueblo, como el correo, la cabina telefónica, etcétera. Otros atienden comercios o talleres. El aislamiento y la falta de recursos característicos de estas zonas rurales hacen prácticamente inexistentes las actividades recreativas y culturales, que se reducen a beneficios esporádicos en las escuelas y que tienen a los bares como único centro de aglutinamiento para los hombres. Conviene resaltar que Cerro Largo es uno de los departamentos más pobres del país, con los peores indicadores en cuanto a calidad de vida. Forma parte de la vasta zona del Uruguay dedicada a la ganadería extensiva.
Taller en Cerro de las Cuentas - Quebracho
El pasado
26 de noviembre de 2005 comenzamos con la experiencia micro de dar talleres de fotografía en Cerro de las Cuentas, más exactamente en la chacra de la estación regional de la
Fundación Quebracho.
Allí, con casi 36 grados a la sombra y con no más de diez personas, entre ellos jóvenes y adultos ansiosos y curiosos por saber de qué se trataba, dimos comienzo al taller.